Antes de lanzar la propuesta de la descentralización popular a través de núcleos ejecutores que recibirán directamente dinero para pequeñas obras, el gobierno desarrolló una estrategia maquiavélica para desprestigiar a los gobiernos locales y regionales a los que acusó de ser ineficientes en el gasto y la inversión, después de haberles recortado y además retrasado la entrega de presupuestos y dictado normas que los limitaban en la atención de obras para sus pueblos, denunció el secretario ejecutivo de la Red de Municipalidades Rurales del Perú (Remurpe), Eduardo Barzola. El experto municipalista dijo que la entrega, en agosto, de los recursos del Fondo de Compensación Municipal (Foncomun) a los concejos distritales en distintos puntos del país es parte de esta política de descrédito, pues en los cuatro meses que restan para fin de año, los municipios no podrán hacer obras en las que se exige el cumplimiento de una serie de requisitos técnicos previos, de control y transparencia. (La Primera 6)
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