Quienes vivieron el terremoto del 2007 coinciden en resaltar el trascendental papel jugado por los empresarios chinchanos en la reconstrucción de su provincia. Fueron ellos quienes además de iniciar la habilitación de las principales avenidas, organizaron el aparato logístico que repartía cerca de 400 toneladas de alimentos por día. Pasado el primer momento de la emergencia, y pese a que las autoridades los instaron a regresar a sus actividades, muchos siguieron comprometidos en ayudar. Dos años después los resultados saltan a la vista. Una obra que no se puede dejar de mencionar es la construcción del centro médico de diagnóstico y medicina preventiva de Chincha Alta por iniciativa de la Asociación Peruano-Norteamericana de Médicos (PAMS). “Con la ayuda de empresarios chinchanos, la Confiep y los peruanos residentes en EE.UU. hemos podido hacer realidad este proyecto”, comenta Aníbal Zambrano, cardiólogo residente en Missouri. (El Comercio a2)
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